22 de octubre de 2025
Crisis hospital de la falda reclamos

El Hospital Municipal de La Falda vuelve a quedar en el centro de la polémica. Esta vez, no por la falta de insumos ni por la demora en la atención —problemas recurrentes denunciados en los últimos meses por vecinos y pacientes— sino por la crisis abierta en su propio corazón: el servicio de enfermería.

En una nota presentada hoy, dirigida directamente al intendente Javier Dieminger, al secretario de Salud Dr. Fabio Menite, al director del hospital Dr. Lucas Vioto y a la responsable de Recursos Humanos Mayra Oyola, el personal de enfermería lanzó un reclamo urgente por la crítica situación salarial y laboral que atraviesa el equipo.

El texto, categórico, solicita “una reunión en carácter de urgente con las autoridades a fin de revisar nuestras condiciones salariales y evaluar alternativas de mejora que reconozcan el valor, la profesionalidad y el compromiso de equipo”.

Reclamo con plazo límite: 72 horas para una respuesta.

La presentación no deja lugar a dudas: el servicio de enfermería fija un plazo de 72 horas para recibir respuestas concretas sobre un incremento salarial y medidas de compensación.

Los trabajadores argumentan que, desde las reformas implementadas por el municipio, se eliminó de manera total el pago de adicionales y horas extras, recortando ingresos ya de por sí ajustados y poniendo a muchos en riesgo financiero.

“La situación económica actual ha generado inconvenientes para cubrir las obligaciones financieras de cada persona”, alerta el comunicado.

Este nuevo frente de conflicto suma tensión a un hospital que desde hace meses se encuentra en la mira de los vecinos, quienes han denunciado públicamente fallas en la atención, carencias de insumos, falta de profesionales y un deterioro progresivo de la infraestructura.

Vecinos y trabajadores: una lucha sostenida.

El reclamo del personal de enfermería se enmarca en un contexto más amplio de protesta social. Desde principios de año, agrupaciones vecinales, pacientes y organizaciones de la sociedad civil vienen manifestándose frente al hospital y en redes sociales, señalando un abandono sistemático del sistema sanitario local.

“No se trata solo de salarios; se trata de un hospital que está dejando de ser el refugio sanitario que era para nuestra comunidad”, expresó una vecina en una de las últimas asambleas en la plaza céntrica.

La tensión entre el municipio y la comunidad se ha profundizado con la falta de respuestas oficiales. Mientras las autoridades destacan la “reestructuración y modernización” del sistema de salud local, los hechos sobre el terreno muestran guardias saturadas, consultorios sin turnos y personal exhausto.

El corazón del sistema en jaque.

El servicio de enfermería constituye el núcleo operativo de cualquier hospital. Sin enfermeros motivados y con condiciones dignas, no hay atención posible. La denuncia de hoy pone en evidencia no solo la precarización de su salario, sino también el desdén con el que el municipio viene tratando a quienes sostienen diariamente la atención de los pacientes.

“Nos hemos visto afectados desde las reformas realizadas por el municipio”, explican los trabajadores en su nota.

Este conflicto deja al descubierto la falta de planificación y sensibilidad del gobierno municipal frente a uno de los sectores más sensibles del Estado.

El reclamo no es nuevo: hace meses que se acumulan quejas por la falta de pago en tiempo y forma, la sobrecarga de tareas y la ausencia de reconocimiento profesional.

Silencio oficial y un futuro incierto.

Hasta el cierre de esta edición, no hubo declaraciones oficiales del intendente Dieminger ni del secretario de Salud. Tampoco el director del hospital ni la responsable de Recursos Humanos

La respondieron a los requerimientos de este medio. La falta de diálogo podría tensar aún más la situación y derivar en medidas de fuerza si en las próximas horas no se convoca a la reunión solicitada.

Mientras tanto, los vecinos observan con preocupación cómo el hospital público, único centro de referencia para la región, se desliza hacia un estado crítico. La combinación de salarios insuficientes, personal agotado y recursos limitados pone en jaque la atención sanitaria de toda la comunidad.

Un llamado urgente a la responsabilidad política.

El reclamo del servicio de enfermería no es solo un conflicto laboral; es un síntoma de un sistema en colapso que necesita respuestas inmediatas y profundas. El municipio de La Falda enfrenta hoy la oportunidad —o la obligación— de demostrar que la salud pública es prioridad real y no un eslogan de campaña.

Si en las próximas horas no se toman medidas concretas, la crisis podría escalar a niveles que comprometan seriamente la atención médica, dejando a miles de vecinos a la deriva sanitaria. La sociedad civil ya lo ha expresado: la paciencia tiene un límite.

Ahora la pelota está en la cancha del intendente y de su gabinete.