
Medios de comunicación denuncian agresiones y maltratos durante su cobertura del festival.
El Festival Nacional de Folklore de Cosquín, ícono cultural de nuestro país y uno de los eventos más esperados del verano, inició su edición 2025 con un tinte amargo. Si bien la música y la tradición se adueñaron del escenario en la primera luna, hechos denunciados por trabajadores de la prensa local han generado un fuerte malestar en la comunidad y un llamado de atención hacia la organización.
Según un reclamo emitido por periodistas y medios locales, durante la jornada inaugural se vivieron episodios de maltrato verbal y gritos por parte del personal de prensa del municipio y de la comisión organizadora del festival. Además, se denunció un impedimento para realizar tareas esenciales de cobertura, como filmar y tomar fotografías, por parte de la seguridad de la plaza.
Estos incidentes han levantado cuestionamientos hacia la gestión interna del evento y la falta de profesionalismo de quienes ocupan cargos clave en su organización.
El reclamo de los medios locales.
Los medios de comunicación de Cosquín, quienes durante todo el año trabajan para visibilizar y apoyar las actividades del municipio y los logros de la gestión local, se han sentido profundamente desvalorados y maltratados.
En palabras de uno de los denunciantes:»Nosotros solo queremos trabajar, lograr la cobertura para quienes no pueden asistir al festival del folklore. Queremos aportar para que esto siga siendo la capital del folklore, el corazón de la tradición. Pero lamentablemente se ve embarrado por el mal desempeño de los funcionarios mencionados.»
El reclamo señala que el maltrato no solo dificulta el trabajo de los periodistas, sino que también atenta contra el espíritu del festival, que históricamente ha sido un punto de encuentro para celebrar la cultura y la música tradicional argentina.
Falta de formación y cargos mal gestionados.
Los denunciantes también cuestionaron la idoneidad de algunas personas que ocupan roles clave en la organización, acusándolas de actuar como si fueran dueñas del festival y mostrando una falta de formación que afecta la imagen y el desarrollo del evento.
«Gente que creen que por tener un cargo son dueños de un festival que es el corazón de la tradición del país. Gente sin formación a cargo de áreas que les quedan grandes,» sostuvieron los medios en su comunicado.
Estas declaraciones reflejan un problema recurrente en el manejo de eventos de gran magnitud: la necesidad de contar con personal capacitado y profesional para garantizar que todas las áreas funcionen correctamente y que se respete a quienes trabajan para difundir el evento.
Un llamado al intendente.
A pesar de los hechos denunciados, los trabajadores de prensa expresaron su apoyo hacia el intendente de Cosquín, Raúl Cardinali, destacando que consideran que tiene buenas intenciones y trabaja por el bienestar de la ciudad y el festival. Sin embargo, señalaron que los funcionarios a su cargo están empañando su labor y generando un daño innecesario a la imagen del evento.
«Creemos que el intendente tiene muy buenas intenciones, pero los que están debajo de él ensucian su labor,» afirmaron. Los denunciantes esperan que estas situaciones se tomen en cuenta para realizar los ajustes necesarios en la gestión, no solo para evitar nuevos conflictos, sino también para garantizar que el Festival de Folklore de Cosquín mantenga su lugar como el corazón de la tradición argentina.
El festival y su esencia en peligro.
El Festival Nacional de Folklore de Cosquín no es solo un evento, es un símbolo de la identidad cultural de nuestro país. Su prestigio y significado trascienden fronteras, y cualquier problema en su organización impacta no solo a la ciudad, sino también a la percepción nacional e internacional de nuestra tradición.
Los hechos denunciados por los medios locales son una llamada de atención urgente. La organización debe priorizar el respeto, el profesionalismo y la inclusión de todas las voces que, de una u otra forma, contribuyen al éxito del festival.
El reclamo no es solo un pedido de los medios; es un recordatorio de que el Festival de Cosquín no pertenece a ninguna persona ni cargo en particular. Es un patrimonio cultural de todos los argentinos, y como tal, debe ser cuidado y respetado.
Mientras la música sigue sonando en el escenario y las tradiciones se celebran bajo las estrellas de Cosquín, queda en manos de las autoridades locales tomar las medidas necesarias para que el festival vuelva a ser un espacio donde todos se sientan parte de este gran legado cultural.
