
Un nuevo hecho indignante sacude a la comunidad de La Falda. Un vecino denunció públicamente que su moto, retirada por las autoridades bajo circunstancias dudosas, fue vista en un domicilio particular antes de ser devuelta en estado de destrucción total.
Según la víctima, hace aproximadamente 20 días su motocicleta fue incautada en un control vehicular a pesar de estar en regla y recibió una multa de casi 300 mil pesos. Sin poder pagar la suma completa, no pudo recuperarla de inmediato. Sin embargo, lo verdaderamente alarmante sucedió el 28 de marzo, cuando su padre, mientras trabajaba en el «Barrio el Dominador», observó un móvil oficial con un tráiler que transportaba varias motos, incluyendo la suya.
El relato se vuelve aún más preocupante cuando el vehículo municipal ingresó a un domicilio particular y, tras 45 minutos dentro, salió con solo dos de las tres motos. Al ser interrogados por el padre de la víctima, los agentes justificaron su presencia alegando que trasladaban las motos al depósito del anfiteatro municipal. Sin embargo, cuando la víctima se dirigió a dicho depósito, descubrió su moto destrozada, rayada y completamente inutilizable.
Este hecho plantea serias dudas sobre el manejo de los vehículos incautados y genera indignación entre los ciudadanos, quienes se preguntan: ¿quién controla estos operativos? ¿Por qué las motos terminan en domicilios privados? ¿Quién responde por los daños?
El afectado ha manifestado su intención de iniciar acciones legales y ha hecho un llamado a otras personas que hayan sufrido situaciones similares para sumarse a la denuncia colectiva.
Aquí tienes un texto adicional para complementar la nota con información sobre sospechas y denuncias de los vecinos:
Sospechas de un mercado negro de autopartes en La Falda
Este escándalo no es un hecho aislado. Vecinos de la zona han expresado reiteradas sospechas sobre la existencia de un mercado irregular de autopartes que operaría detrás de los operativos de secuestro de motos. Según diversas denuncias, algunos vehículos retenidos en los controles nunca son recuperados por sus dueños o, cuando logran hacerlo, se encuentran con que han sido desmantelados o severamente dañados.
Algunos testimonios sugieren que ciertos inspectores o responsables de los traslados estarían involucrados en la extracción y venta ilegal de piezas, aprovechando la burocracia y la falta de control sobre los depósitos municipales. La falta de respuestas claras y los numerosos casos de motos desaparecidas o devueltas en pésimas condiciones han aumentado la desconfianza de la comunidad, que ahora exige una investigación profunda sobre el destino de los vehículos secuestrados.
Este nuevo caso ha avivado los reclamos para que se realicen auditorías y se establezcan mecanismos de transparencia en el manejo de los operativos. Mientras tanto, los ciudadanos temen que sus motocicletas, en lugar de ser resguardadas, terminen siendo parte de un negocio turbio en manos de quienes deberían proteger sus bienes.
El escándalo pone en el ojo de la tormenta a la Municipalidad de La Falda y a los responsables de los operativos de tránsito. ¿Se trata de un caso aislado o de una práctica habitual? La comunidad exige respuestas y justicia.
