
Tensión en el Concejo Deliberante de La Falda: fuertes reclamos vecinales y respuestas institucionales en medio de la crisis sanitaria
La sesión ordinaria del Concejo Deliberante se convirtió en un escenario de alta tensión entre autoridades y vecinos autoconvocados que, cansados de años de inacción institucional y deterioro en la atención sanitaria, decidieron alzar la voz con contundencia. Lo que debía ser una jornada de diálogo y propuestas derivó en un crudo intercambio de acusaciones, reclamos históricos y declaraciones que dejaron en evidencia la profunda grieta entre el municipio y la comunidad.
Durante la audiencia, una vecina tomó la palabra y denunció mentiras, manipulaciones, engaños y una constante falta de respeto por parte tanto de los miembros del Concejo como del Ejecutivo local. Señaló que durante semanas se han dicho cosas contradictorias, se han ignorado notas presentadas y se ha intentado dilatar intencionalmente el tratamiento del reclamo sanitario.
“Hace cuatro sesiones que nos dicen cosas diferentes. Dejan pasar nuestras notas, hay que sincerarse. Estamos todos cansados. Ustedes buscan que los vecinos nos desgastemos”, expresó con dureza. Luego, reveló que el municipio habría llamado a comerciantes y vecinos para presionarlos a no asistir a las reuniones: “Ustedes no son los dueños de La Falda. Están acá gracias al voto de la gente. Háganse cargo, trabajen, y si no pueden, den un paso al costado. Dejen de decir que los vecinos somos violentos. Somos ciudadanos que reclamamos de forma democrática. Dejen de boicotear.”
La presidenta del Concejo Deliberante respondió visiblemente incómoda ante las críticas, defendiendo el rol del cuerpo legislativo. “No somos caraduras. Seguimos reglamentos. Estamos del lado de los vecinos y abiertos al diálogo. No tenemos ganas ni posibilidad ni intenciones de mentirle a los vecinos. Por algo nos eligió el pueblo. No es un problema de La Falda, es una crisis desde la provincia. Nosotros tenemos respeto para trabajar”, manifestó.
Sin embargo, las palabras de la funcionaria no lograron apaciguar los ánimos, y fueron recibidas con escepticismo por parte de los presentes. Para los vecinos, la frase “no es un problema local” resulta una excusa repetida que elude responsabilidades concretas en la gestión del hospital y la salud pública.
El Dr. Mulamud, quien también participó de la jornada, sumó una nueva crítica a la conducción del municipio: “Nosotros somos respetuosos. Pero falta de respeto es que nos llamen a una reunión a las 17 horas en una sala, y que a la hora siguiente se convoque una audiencia en otro recinto. Eso no es diálogo, es una estrategia de confusión.”
Los vecinos remarcaron que no buscan confrontaciones, sino soluciones reales. Reclaman ser escuchados, que se atiendan las notas ingresadas y que no se les deslegitime por ejercer su derecho a peticionar ante las autoridades. El clima de desconfianza se intensifica ante cada sesión, donde las promesas y los gestos institucionales parecen estar cada vez más lejos de los hechos concretos.
El conflicto por la crisis sanitaria en Punilla Norte, y en particular el deterioro del Hospital Municipal de La Falda, se ha convertido en una herida abierta. La comunidad exige acción, transparencia y responsabilidad. Y sobre todo, exige que quienes fueron elegidos por el pueblo estén a la altura de las circunstancias.
