9 de marzo de 2025

El sistema de seguridad Ojos en Alerta, que se promociona como una herramienta de prevención y vigilancia en conjunto con la policía, está en el ojo de la tormenta. En toda la zona de Punilla, pero especialmente en La Falda, los vecinos denuncian que siguen a merced de la delincuencia, sin protección real y con un fuerte descreimiento en la efectividad de este sistema.

Según sus promesas, Ojos en Alerta funciona a través de una red de cámaras y monitoreos que trabajan en coordinación con las fuerzas de seguridad para brindar una respuesta rápida ante hechos delictivos. Sin embargo, la realidad dista mucho de ese ideal: los robos no cesan, la inseguridad aumenta y la sensación de desprotección crece día a día entre los vecinos.

Acusaciones sobre el centro de monitoreo: ineficiencia y burlas.

Como si la ineficacia del sistema no fuera suficiente, se han conocido denuncias de personas cercanas del centro de monitoreo de Ojos en Alerta, quienes revelaron que los encargados del control de cámaras no revisan las imágenes, no prestan atención y no utilizan su tiempo de manera productiva. En otras palabras, no cumplen con la función que prometen a la ciudadanía.

Pero lo más indignante no termina ahí: según estos testimonios, algunas de las personas responsables del monitoreo han utilizado las cámaras para burlarse de los vecinos, ponerles apodos y reírse a expensas de quienes esperan seguridad.

Esta situación ha generado un fuerte malestar entre los habitantes de La Falda, quienes pagan mes a mes el impuesto correspondiente al servicio de seguridad en su tasa municipal, solo para descubrir que quienes deberían protegerlos los toman como un chiste.

La expansión del sistema en medio de una ola delictiva.

Recientemente, Ojos en Alerta fue presentado en las localidades de Villa Giardino y Calamuchita, zonas que han experimentado un alarmante incremento en robos y delitos. Esta coincidencia ha llevado a que muchos vecinos se pregunten: ¿se están liberando zonas intencionalmente para luego vender la «solución» del sistema de vigilancia?

Las sospechas crecen entre la población, que empieza a creer que las autoridades y la policía permiten que el delito avance para justificar la implementación de Ojos en Alerta, un sistema que, en los hechos, no está funcionando ni protegiendo a los ciudadanos.

Un servicio que no cumple con su función.

La gran pregunta es: ¿Ojos en Alerta realmente vela por la seguridad de la gente o es solo una excusa para generar recaudación sin dar resultados? La falta de respuestas por parte de las autoridades y la acumulación de denuncias de vecinos y trabajadores hacen que la desconfianza siga creciendo.

Mientras tanto, en La Falda y otras localidades de Punilla, los vecinos siguen sintiéndose desprotegidos, inseguros y engañados, pagando un servicio que no cumple con lo prometido.