17 de julio de 2025

Después de seis largos años de espera, la comunidad educativa del Instituto Proa de La Falda celebra con frustración contenida la finalización de su edificio propio, una infraestructura largamente prometida y ansiada.

Sin embargo, la emoción por contar finalmente con un espacio digno para la formación de sus estudiantes ha sido opacada por una serie de dilaciones administrativas que hoy impiden el uso efectivo del inmueble.

A pesar de que la obra está terminada y lista para ser habitada, la escuela continúa funcionando en las viejas instalaciones debido a que aún no se ha autorizado oficialmente la habilitación del nuevo edificio. La causa, según se ha podido constatar en las últimas gestiones, radica en una falta de acuerdo y acción coordinada entre las autoridades provinciales responsables del área de Educación y los programas complementarios como PAICOR.

Según la información recabada y compartida por miembros de la comunidad educativa, la intervención del intendente de La Falda, Javier Dieminger, fue clave para destrabar parte del conflicto. El jefe municipal logró establecer contacto directo con el director del programa PAICOR, Ezequiel Gione, quien manifestó su disposición a entregar los elementos necesarios para la instalación de los servicios de alimentación escolar en un plazo de 24 horas hábiles, una vez que Educación autorice formalmente el uso del edificio.

Si Educación nos da autorización hoy (viernes), nosotros el lunes entregamos todo esto”, habría declarado Gione, según transmitió el propio intendente.

No obstante, hasta el momento, los responsables directos de emitir esa autorización —el Inspector de la Zona 9 de la Dirección General de Educación Técnica y Formación Profesional, Prof. René Ledesma, y su superior, el Prof. Diego Suárez, Director General del área— aún no se han pronunciado ni han otorgado el permiso correspondiente. Esta omisión mantiene en suspenso a toda la comunidad escolar, que ve cómo el derecho a la educación de sus hijos sigue siendo vulnerado innecesariamente.

Además, el director de PAICOR se comprometió a interceder con el FODEMEP (Fondo de Mantenimiento de Edificios Escolares Provinciales) para agilizar la entrega del canasto de basura reglamentario que permitiría coordinar la recolección de residuos con el municipio. Por su parte, la Municipalidad de La Falda se ofreció a cubrir los faltantes que PAICOR no pueda proveer, demostrando así una voluntad concreta de colaborar en la pronta apertura del edificio.

Ante este panorama, la comunidad educativa expresa su reconocimiento al municipio por su rápida y comprometida gestión, pero también eleva un pedido urgente y contundente: “Exigimos que las autoridades de Educación se manifiesten de forma expedita y autoricen, antes de las vacaciones de invierno, la habitabilidad del edificio del Proa de La Falda”.

En las últimas horas, y como parte de una nueva actualización, el intendente Dieminger confirmó que PAICOR procederá a la entrega de los elementos necesarios el lunes 26 de mayo, fecha que se transforma en un hito clave en este proceso. A partir de entonces, solo restará la autorización de Educación Provincial. En teoría, no existirían más obstáculos burocráticos para el ingreso definitivo al edificio.

Frente a esta situación, familias, docentes y estudiantes permanecen en estado de alerta y movilización, con la firme convicción de que no se tolerarán más dilaciones. Exigen que en los próximos 15 días se habiliten las instalaciones y se garantice el derecho básico a una educación en condiciones adecuadas y dignas.

La historia del Proa de La Falda no solo es la historia de una escuela, sino la de una comunidad que lucha con firmeza, sin resignarse al abandono ni al desinterés. El edificio está listo. El alumnado también. Lo único que falta es voluntad política.