15 de febrero de 2025

La séptima noche coscoina dejó un sabor amargo en la mayoría de los espectadores.

El Festival Nacional de Folclore de Cosquín vivió una de sus noches más controversiales en su séptima jornada. La reconocida cantante Yamila Cafrune sorprendió al público al invitar al escenario a La Ferni, una artista trans no binaria, para interpretar Cantor de oficio.

La intención de «hacer historia» terminó convirtiéndose en un episodio de fuertes divisiones, con una audiencia poco receptiva y una ola de críticas que no tardó en hacerse notar.

Sin embargo, lo que desató aún más revuelo fue el discurso con el que La Ferni cerró su participación, alejándose de lo estrictamente musical y pronunciando una arenga que pocos recibieron con agrado:

Nadie debe creer que los, las y les artistas pertenecemos a un mundo extraño donde todo es escenario y fantasía. Les artistas somos hombres y mujeres y también somos travestis, trans, no binaries, maricas, tortas, bisexuales, identidades sexogenéricas disidentes, legítimas, empoderadas, orgullosas y visibles. ¡No nos van a ocultar nunca más! Transitamos las calles y los días, sufrimos el sufrimiento de nuestro pueblo y latimos igual con su alegría”, exclamó La Ferni.

Lejos de generar una ovación, el público reaccionó con incomodidad, tibios aplausos y en muchos casos un silencio que expresó más que mil palabras. En redes sociales, el descontento no tardó en manifestarse:

«Sí, Yamila hizo historia… ¡degradando la tradición! «

«Un verdadero fiasco, menos mal que existe el control remoto.»

«Antes Cosquín era la meca del folclore, un sueño para cualquier artista. ¿Cómo pudo caer tan bajo?»

Incluso, testigos afirman que Yamila Cafrune dejó el escenario con escaso reconocimiento del público, en un claro reflejo de que la presentación no logró el impacto esperado.

El debate queda abierto: ¿innovación o falta de respeto a la esencia del festival? Lo cierto es que esta séptima noche quedará en la historia, pero no precisamente por su éxito.